Escrito por: Lorenzo
Osborne
En un tiempo del pasado, en las montañas cerca del
océano al este, un maestro y su estudiante viajaban montados sobre sus
caballos, cuando vieron que una pequeña pandilla de indios nativos los estaba
cercando. El maestro enseñaba al joven atrapar animales salvajes para comer la
carne y vender sus pieles. Los indios eran conocidos como grandes guerreros,
sin miedo a nada. También, ellos robaban a cualquiera, las pieles, los
caballos, armas u otras cosas. Los guerreros pasaban por donde estaban el
maestro y su alumno.
El maestro vio
que se aproximaba un problema. El líder de los guerreros saludó al maestro con
una mirada, quemando de furia, listo para atacar. Después del paso de un
momento de tensión, el maestro mostró al líder sus pieles ofertándolas de
regalo como una señal de amistad. El líder aceptó las pieles; montando sus
caballos y señalando a sus acompañantes, se fueron del lugar desapareciendo en
el bosque.
El estudiante con sus ojos desorbitados por la
sorpresa, preguntó a su maestro ¿“Señor, por qué le dios nuestras pieles a
ellos”? EL maestro explicó al joven, ¡“Si no le das algo pequeño a los
salvajes, ellos querrían algo mas valioso, como nuestros caballos.”! Son brutos
sin inteligencia y una pelea siempre es riesgosa. ¿Pero usted podría ganar la
pelea contra todos. Cuál es el punto de ceder? ¡Tomé el curso de la resistencia
mínima, sin hacerle daño a ellos ni a nosotros! Poco a poco el alumno
comprendió la lección.
Hoy en día pendiente del maestro, camina por las
calles de New Jersey, y todavía hay tribus o gangas de jóvenes que pelean entre
si y roban a los débiles. La madurez y experiencias de la vida han enseñado a
este maestro como sobrevivir aquí. Por ejemplo, él mantiene siempre un billete
de $20 dólares en su bolsillo. En una ocasión, una pandilla de jóvenes lo
rodearon y el líder comenzó a hablar del tiempo caluroso, pero el maestro
entendía las intenciones del líder, y dijo el maestro, ¡“Parece que ustedes
tienen sed, déjenme comprar la cerveza! Y sacó el billete de $20 dólares
estregándoselo al líder; todos se rieron desapareciendo en la oscura calle de
la ciudad. Este maestro también entendió que en una emergencia de este
tipo vale la pena gritar: “FIRE” o “HELP”.
El maestro del que hablamos recordaba un amigo que
vive en la Florida que fue desafiado por un tipo grande que quiso inflar su ego
enfrente de otros. En este caso el amigo aceptó el reto y se puso en una
posición o guardia intimidante al opuesto, con las rodillas medio dobladas con
el talón de la pierna trasera elevado, la mano izquierda cubriendo la parte de
debajo de la cara, empezando con la mano derecha en la parte de su muñeca
haciendo pequeñas vueltas en el frente y a nivel del medio del cuerpo, con el
dedo índice extendido. Se convirtió en una culebra con furia en sus ojos y
colmillos lista para morder. En tres segundos el grande y bruto decidió cambiar
su mentalidad agresiva huyendo y desapareciendo en una tienda cercana.
Darse cuenta de la situación vale mucho, pues no es
bueno entrar en una pelea si no vas a ganar; decidió con sabiduría el
maestro. Él lo sabía muy bien después de haber peleado con dos tipos que
salieron de una barra cercana. En esta circunstancia él no podía correr y
estaba cercado por el más fuerte, el maestro miró con intensidad y esperanza
por encima del hombro derecho del grande y fuerte, que lo desconcertó tanto que
volteó su cabeza para ver que había atrás. En ese momento el maestro lo pateo en
la rodilla y al mismo tiempo hizo un fénix volador cayendo en guardia,
esperando la reacción del otro. El contra ataque llegó inmediatamente con puños
hacia la cara del maestro, quien levantó sus codos para bloquear y dañar las
manos del adversario. Esto sirvió muy bien y continuó el maestro con golpes
directos a la cara y al centro del cuerpo. La pelea terminó con una escoba de
hierro, hecha por el maestro el cual había desarrollado 5 o 6 armas naturales
bien afiladas para enfrentar una situación así.
La preparación del cuerpo y la estrategia de
decepción, siempre da confianza en sí mismo, recuerda nuestro héroe el cual es
un maestro, pero no se sabe que lo es. En su mente es solo un sobreviviente más
de las furiosas calles de New Jersey.
El Sijo Osborne siempre estara presente espiritualmente, en todas las secciones de la practica y estudio del Arte Marcial Kun fu Chuang shu Culebra Blanca.
ResponderEliminarAlgo...formado misteriosamente ante el cielo y la tierra.. el silencioy el vacio, solitario e inalterable, siempre presente y en movimiento. Talvez sea la madre de 10,000 cosas. No conozco su nombre., la llamo Tao. A falta de una mejor palabra... la llamo grande .., A falta de mejor
ResponderEliminarnombre...la llamamos.. Lorenzo.
"NUNCA SERA UNA,LA VIVIENDA DE UN GUERRERO"
ResponderEliminar"CADA COSA TIENE SU BELLEZA, PERO... NO CADA UNO PUEDE VERLA" . Confucio
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