sábado, 17 de julio de 2010

EL SIFU LORENZO OSBORNE PUBLICA ARTICULO

LAS TIERRAS FURIOSAS DE NEW JERSEY


Escrito por: Lorenzo Osborne

En un tiempo del pasado, en las montañas cerca del océano al este, un maestro y su estudiante viajaban montados sobre sus caballos, cuando vieron que una pequeña pandilla de indios nativos los estaba cercando. El maestro enseñaba al joven atrapar animales salvajes para comer la carne y vender sus pieles. Los indios eran conocidos como grandes guerreros, sin miedo a nada. También, ellos robaban a cualquiera, las pieles, los caballos, armas u otras cosas. Los guerreros pasaban por donde estaban el maestro y su alumno.

El maestro vio que se aproximaba un problema. El líder de los guerreros saludó al maestro con una mirada, quemando de furia, listo para atacar. Después del paso de un momento de tensión, el maestro mostró al líder sus pieles ofertándolas de regalo como una señal de amistad. El líder aceptó las pieles; montando sus caballos y señalando a sus acompañantes, se fueron del lugar desapareciendo en el bosque.
El estudiante con sus ojos desorbitados por la sorpresa, preguntó a su maestro ¿“Señor, por qué le dios nuestras pieles a ellos”? EL maestro explicó al joven, ¡“Si no le das algo pequeño a los salvajes, ellos querrían algo mas valioso, como nuestros caballos.”! Son brutos sin inteligencia y una pelea siempre es riesgosa. ¿Pero usted podría ganar la pelea contra todos. Cuál es el punto de ceder? ¡Tomé el curso de la resistencia mínima, sin hacerle daño a ellos ni a nosotros! Poco a poco el alumno comprendió la lección.

Hoy en día pendiente del maestro, camina por las calles de New Jersey, y todavía hay tribus o gangas de jóvenes que pelean entre si y roban a los débiles. La madurez y experiencias de la vida han enseñado a este maestro como sobrevivir aquí. Por ejemplo, él mantiene siempre un billete de $20 dólares en su bolsillo. En una ocasión, una pandilla de jóvenes lo rodearon y el líder comenzó a hablar del tiempo caluroso, pero el maestro entendía las intenciones del líder, y dijo el maestro, ¡“Parece que ustedes tienen sed, déjenme comprar la cerveza! Y sacó el billete de $20 dólares estregándoselo al líder; todos se rieron desapareciendo en la oscura calle de la ciudad. Este maestro también entendió que en una emergencia de este tipo vale la pena gritar: “FIRE” o “HELP”.

El maestro del que hablamos recordaba un amigo que vive en la Florida que fue desafiado por un tipo grande que quiso inflar su ego enfrente de otros. En este caso el amigo aceptó el reto y se puso en una posición o guardia intimidante al opuesto, con las rodillas medio dobladas con el talón de la pierna trasera elevado, la mano izquierda cubriendo la parte de debajo de la cara, empezando con la mano derecha en la parte de su muñeca haciendo pequeñas vueltas en el frente y a nivel del medio del cuerpo, con el dedo índice extendido. Se convirtió en una culebra con furia en sus ojos y colmillos lista para morder. En tres segundos el grande y bruto decidió cambiar su mentalidad agresiva huyendo y desapareciendo en una tienda cercana.

Darse cuenta de la situación vale mucho, pues no es bueno entrar en una pelea si no vas a ganar; decidió con sabiduría el maestro. Él lo sabía muy bien después de haber peleado con dos tipos que salieron de una barra cercana. En esta circunstancia él no podía correr y estaba cercado por el más fuerte, el maestro miró con intensidad y esperanza por encima del hombro derecho del grande y fuerte, que lo desconcertó tanto que volteó su cabeza para ver que había atrás. En ese momento el maestro lo pateo en la rodilla y al mismo tiempo hizo un fénix volador cayendo en guardia, esperando la reacción del otro. El contra ataque llegó inmediatamente con puños hacia la cara del maestro, quien levantó sus codos para bloquear y dañar las manos del adversario. Esto sirvió muy bien y continuó el maestro con golpes directos a la cara y al centro del cuerpo. La pelea terminó con una escoba de hierro, hecha por el maestro el cual había desarrollado 5 o 6 armas naturales bien afiladas para enfrentar una situación así.

La preparación del cuerpo y la estrategia de decepción, siempre da confianza en sí mismo, recuerda nuestro héroe el cual es un maestro, pero no se sabe que lo es. En su mente es solo un sobreviviente más de las furiosas calles de New Jersey.